De acuerdo con proyecciones del Instituto Americano del Petróleo, el crudo se agotará en el año 2057. Estimaciones iniciales suponían que el consumo de hasta 80 millones de barriles diarios de este hidrocarburo no sería un problema en los próximos cien años… pero una vez puesto en marcha el análisis de los niveles actuales de producción y utilización, las noticias no son nada de alentadoras.
Ahí es donde entran en escena los especialistas del Centro Internacional de Agricultura Tropical en Colombia. Sus científicos han desarrollado un sistema que extrae biocombustible —etanol hidratado— a partir de la yuca. La planta refinadora del CIAT puede producir hasta 300 litros de este biocombustible por día. El producto final contiene entre un 4% a 5% de agua y de ahí el nombre de etanol hidratado.
Una de las ventajas del proceso es su impacto en el medioambiente. El producto es totalmente renovable.
Por otra parte, la materia prima que se utiliza no compite contra productos destinados para la alimentación humana, pues se trata de variedades de yuca industrial, no comestible, desarrolladas por los investigadores del CIAT y con alto contenido de almidón.
La conversión de vehículos para utilizar este combustible se realiza mediante la instalación de un equipo cuyo costo es de 120 dólares. El dispositivo permite que el vehículo funcione con etanol, gasolina o con una mezcla de los dos.
Aparentemente, la inocente raíz podría ser el comienzo de una nueva tecnología que de fin a la casi desesperada dependencia al petróleo como combustible
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